martes, 29 de octubre de 2013

La Prueba Diagnóstica, ¿una utopía en la escuela de hoy?

Por: David Polanco


Cuando reparo en la Prueba Diagnóstica no se me ocurre un símil más apropiado que las visitas periódicas realizadas por un paciente a su médico de cabecera. Como todo en esta vida, existe siempre una primera vez. Eso sucede al momento de escoger un médico determinado, ya sea por referencia de un amigo o familiar, por incidencia mediática, o por cualquier otra razón. Cuando vamos donde el doctor, le explicamos con lujo de detalle, a través de una serie de preguntas dirigidas para tales fines, los síntomas que estamos experimentando en el momento, con lo cual van aflorando las posibilidades de padecer de una enfermedad determinada.

Por supuesto, el simple hecho de llenarnos un prontuario no da necesariamente la respuesta exacta a nuestros problemas físicos más profundos, pero lo mismo funciona como indagación previa para que nos indiquen, como pacientes al fin, cuáles medicamentos son factibles de considerar antes de pasar a otra etapa de la revisión médica.

Estoy convencido de que, al igual que a mí, a quienes leen este artículo se les van formando nubecitas cerca de la cabeza con preguntas que hasta tienen pronta respuesta si tomamos la ruta del pensamiento elevado. Pero, de todas formas, permanecen ahí, inquietas, como queriendo descargar toda su energía sobre nosotros hasta obtener una respuesta lógica y convincente.

Una de esas nubes dice: ¿Tienen todos los pacientes la misma enfermedad siempre y con características similares?

Aparecen otras a quienes se les ocurre hacer aparecer preguntas como las siguientes: ¿Se les deben administrar los mismos medicamentos a todos los pacientes, a pesar de presentar síntomas distintos? ¿Qué posibles consecuencias tendría esto para los pacientes? ¿Realmente tiene importancia hacerse un diagnóstico antes de pasar a cirugía? ¿Sirve el diagnóstico para que el médico pueda aclarar (y aclararse) dudas respecto a la situación de su paciente, o más bien, lo utiliza para provocar mayores desgracias en su paciente?

Si esto que les he planteado lo llevamos hasta el puerto que guarda las embarcaciones repletas de intereses educativos, podemos exactamente plantearnos los mismos cuestionamientos presentados en líneas anteriores.

Es más que evidente que los docentes estamos compelidos a hacer una serie de indagaciones antes de desarrollar una actividad educativa determinada. No se puede partir de la nada. Y mucho menos debemos asumir que todos nuestros estudiantes necesitan conocer los contenidos con iguales niveles de intensidad ni partiendo de las mismas estrategias.

En la práctica educativa entran en juego una serie de elementos que pueden ser determinantes a la hora de ser asumidos los contenidos que tratamos de desarrollar en el aula. Obviar, por ejemplo, el ambiente familiar y social en el que los estudiantes se han desarrollado, sus intereses, los niveles de adquisición del conocimiento en las diversas áreas del grado anterior, entre otros elementos, puede ser considerado como pecaminoso. Esto por una razón henchida de lógica. 

Ahora bien, ¿cuáles indicadores nos llevan a considerar si estamos aplicando un buen diagnóstico en nuestros alumnos y alumnas?

Lo primero que los maestros/as debemos tener en cuenta es cuáles contenidos del grado anterior están supuestos a manejar los estudiantes en cada una de las áreas. Además, la prueba que se aplica está llamada a cubrir la mayor cantidad posible de los contenidos del grado anterior. A esto se agregan los resultados, los cuales deben ser presentados de manera tal que quien los lea se haga una idea más o menos acabada de lo que ha sucedido con los estudiantes durante el proceso, lo que se logra si hacemos uso de los ítems manejados, las cantidades alcanzadas en cada uno de ellos y, por último, los respectivos porcentajes.

Una idea final que quiero compartir con mis lectores alude a que tengamos siempre presente que la Prueba Diagnóstica es una herramienta determinante para alcanzar de manera efectiva los propósitos generales y específicos de un área en cuestión, por lo que jamás debe ser usada para dañar a los estudiantes, antes bien, poder acompañarlos y reorientar el aprendizaje.

¡Hasta un próximo encuentro!

 Para preguntas y sugerencias, favor escribir a david.polanco@minerd.com.do o davidprofe0528@hotmail.com.

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