La importancia de la lectura
Delia Lerner, escritora e
investigadora de la Lengua, abrió una maravillosa y deslumbrante caja de
pandora, al afirmar que “leer es adentrarse en otros mundos posibles. Es
indagar en la realidad para comprenderla mejor, es distanciarse del texto y
asumir una postura crítica frente a lo que se dice y lo que se quiere decir, es
sacar carta de ciudadanía en el mundo de la cultura escrita”.
Hay quienes no comprenden muy bien la
importancia que tiene la lectura; y yo, en brevísimas palabras, les digo que
leer no tiene ninguna importancia para quienes están interesados en permanecer
ciegos aun teniendo vista, para quienes prefieren ser ignorantes, frívolos, sin
cultura definida; para quienes optan por “pasar por este mundo sin saber que
pasaron”.
¿Qué plato resulta ser más exquisito
que poder seguirle los pasos a Dorian Gray, personaje principal de una de las
novelas más fascinantes escrita por Oscar Wilde? ¿Y qué instrucciones pueden
incidir más en cualquier alma desnuda de un norte claro que los ofrecidos por
Lord Henry Wotton, enemigo silencioso del bien, quien actúa como sabio
consejero de Dorian?.
¿O qué se le puede igualar a nivel
sensorial a “La dama de las Camelias” de Alejandro Dumas? Y, ¿dónde
encontraríamos un cambio tan radical y tan próximo a la realidad que aquel
experimentado por Gregorio Samsa en “La metamorfosis”, de Franz Kafka?
Es, precisamente, a este tipo de
vivencia a la que se refiere Lerner cuando asume que leer es sacar carta de
ciudadanía en el mundo de la cultura escrita.
Quiero cerrar mi intervención
advirtiendo a todos los que me siguen que la lectura da poder, tanto así que
quienes suelen manipular a los demás lo hacen porque tienen en su haber, por lo
general, muchas páginas lanzadas hacia la izquierda; mientras los manipulados,
que son la mayoría, tienen que conformarse con dejarse llevar como
pluma que arrastra el viento. ¡Ustedes deciden!
Autor:
David Polanco
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