lunes, 25 de noviembre de 2013


La importancia de la lectura

Delia Lerner, escritora e investigadora de la Lengua, abrió una maravillosa y deslumbrante caja de pandora, al afirmar que “leer es adentrarse en otros mundos posibles. Es indagar en la realidad para comprenderla mejor, es distanciarse del texto y asumir una postura crítica frente a lo que se dice y lo que se quiere decir, es sacar carta de ciudadanía en el mundo de la cultura escrita”.
Hay quienes no comprenden muy bien la importancia que tiene la lectura; y yo, en brevísimas palabras, les digo que leer no tiene ninguna importancia para quienes están interesados en permanecer ciegos aun teniendo vista, para quienes prefieren ser ignorantes, frívolos, sin cultura definida; para quienes optan por “pasar por este mundo sin saber que pasaron”.

¿Qué plato resulta ser más exquisito que poder seguirle los pasos a Dorian Gray, personaje principal de una de las novelas más fascinantes escrita por Oscar Wilde? ¿Y qué instrucciones pueden incidir más en cualquier alma desnuda de un norte claro que los ofrecidos por Lord Henry Wotton, enemigo silencioso del bien, quien actúa como sabio consejero de Dorian?.

¿O qué se le puede igualar a nivel sensorial a “La dama de las Camelias” de Alejandro Dumas? Y, ¿dónde encontraríamos un cambio tan radical y tan próximo a la realidad que aquel experimentado por Gregorio Samsa en “La metamorfosis”, de Franz Kafka?

Es, precisamente, a este tipo de vivencia a la que se refiere Lerner cuando asume que leer es sacar carta de ciudadanía en el mundo de la cultura escrita.

Quiero cerrar mi intervención advirtiendo a todos los que me siguen que la lectura da poder, tanto así que quienes suelen manipular a los demás lo hacen porque tienen en su haber, por lo general, muchas páginas lanzadas hacia la izquierda; mientras los manipulados, que son la mayoría, tienen que conformarse con dejarse llevar como pluma que arrastra el viento. ¡Ustedes deciden!


                                                                                  Autor: David Polanco

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