Dolencias del Sistema
Educativo Dominicano
Hace cerca de tres años participé de
la formación que ofrece el Ministerio de Educación a través de la Escuela de
Directores, dirigida magistralmente por el Dr. Adalberto Martínez, vice ministro
de supervisión, evaluación y control del MINERD. Así también, en los últimos
días, estoy viviendo una extraordinaria experiencia con la Fundación INICIA a
través de su Proyecto 512 y la Plataforma IQ. Han sido largas jornadas durante tres
meses, pero de muchos aprendizajes.
Ambas experiencias han marcado un antes y un después en mi
labor profesional como gerente del Liceo Rubén Darío del Distrito 11-05, de
Altamira, es de ahí que nace en mí la preocupación de analizar las Dolencias
del Sistema Educativo Dominicano, que no permiten un avance progresivo en los
aprendizajes de los estudiantes, por lo
que motivo a que usemos la mayéutica, o Método Socrático, para caer a nuestra
realidad:
1-¿Estoy claro de mi responsabilidad como docente?
2-¿Cuáles son mis aportes para que los estudiantes aprendan?
3-¿Qué hace falta para los nuevos enfoques?
4-¿Debo empoderarme y asimilar los nuevos cambios?
5-¿Vivo y sueño lo que hago?
A partir de estas preguntas invito a todo aquel que incide directa o indirectamente a que
analice y si es necesario se haga más preguntas
que le puedan hacer llegar a la conclusión que lo que hacemos, lo
hacemos con el único objetivo de que nuestros estudiantes puedan iniciar su
proceso de aprender a:
a- Pensar
b- Sentir
c- Actuar
Pero para esto se necesita de un equipo directivo que esté
claro de las políticas educativas, de su misión, visión y valores. ¿Están
ustedes claros de estos criterios?
Podríamos pasar mucho tiempo cuestionándonos en función a las
dolencias del sistema educativo. Ahora bien, suele decirse que 20 años no es
nada, no es cierto, al menos para los que hemos participado en tantas e
infinitas formaciones y aún nos
resistimos a las reformas y cambios que necesita nuestro sistema educativo, casi
siempre conocemos y sabemos cómo logramos
mejores resultados de nuestros estudiantes, pero nos hemos acomodado
tanto en nuestra zona de confort que nos conformamos con que sólo pase el
tiempo y llegue el momento para estar de regreso a nuestra casa.
La labor docente no es
solo que ya me nombraron y nadie puede cancelarme si no cometo actos inmorales,
que no importa si los estudiantes aprenden o no, reiteramos que la labor
docente es un postulado que debo sentir que lo que hago, lo hago bien hecho o
me retiro.
De igual forma, podemos ver cómo la familia se interesa más
por los afanes de la vida que por sus propios hijos e hijas, cómo tantas niñas
tienen que abandonar la escuela por embarazarse a temprana edad.
Es necesario que todo aquel que se sienta con compromiso
social y comunitario haga un alto en el camino y analice si el trabajo que está
realizando es suficiente para que nuestros muchachos/as aprendan a pensar,
sentir y actuar, y así puedan introducirse en un mercado que cada día se hace
más competitivo, donde el conocimiento es lo que predomina.
Todo esfuerzo para mejorar nuestra realidad, debe comenzar
por las aulas.
Hoy las naciones más exitosas son las que mejor preparan a
sus ciudadanos. Nuestro país lo tiene todo para ser un líder regional, su
posición económica y sus riquezas naturales son únicas, sólo necesitamos
dominicanos capaces de sacarle mayor provecho a esas ventajas.
Autor: Eduard Cabrera
Gerente del Liceo Rubén Darío
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